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Mostrando entradas de marzo, 2017

Galaxia ZOOR - Entrevista para Indie Hoy, por Augusto Munaro.

Galaxia ZOOR. Con Zoor (Allox Editorial), de naKhlah Khan -tercer volumen de su tríptico poético integrada por Ovnipersia y Boingo-Bong-, el poeta hace que el lenguaje con que está escrito el libro sea y no que señale . Así, el enlace progresivo de imágenes, sonidos y sentidos, permite que las palabras no estén quietas en su molde lexical, potenciándose a través de una ágil combinatoria de elementos dispares. Una propuesta cuyos elementos lógicos-discursivos desarticulan toda forma utilitaria de comunicación para resignificarlos. La poesía comprendida no como portadora de un significado simbólico, sino como experiencia camaleónica. Condensación y el poder de evocación, dos de las cualidades que resaltan en su poesía y que posibilitan una nueva forma de leer que no habíamos pensado hasta ahora. Zoor , entre intimismo y extimidad pura, libro que logra dar una perfecta existencia a algo imposible. Augusto Munaro.    - Zoor , es el tercer volumen de tu hasta ahora trilog

Todo está en los oídos - - - por Alan Ojeda.

¿Es la poesía el arte de la fuga, la transformación y la magia? Imaginemos un plano secuencia: un hombre corre hacia un punto lejano en el horizonte y el terreno está dividido en áreas concéntricas, cada una correspondiente a otras formas de existencia (animal, vegetal y elemental). El hombre, corre, salta, se arrastra, navega en la densidad de ese mundo variado y, al cruzar cada línea, muta, deviene animal, planta, elemental, deviene también materia verbal. Los colores se transforman en verbos, los animales, los sustantivos y los adjetivos también. Todo cuanto acontece es y está siendo. Nada posee una forma fija. Tanto el hombre como su entorno son, antes que nada, procesos. Es por eso que  Zoor  es una aventura para valientes que no teman transformarse y tender puentes hacia la existencia toda. En este poemario el lector se acercará, a tientas, abandonándose a su oído antes que, a la razón y la referencia, a la magia y a sus operaciones primigenias.     El poemario  Zoor  de Nak

Contratapa de ZOOR - - - por Héctor Hernández Montecinos.

Zoor es una centella de esta nueva luz que viene de otro sol (como el de Kephra). Es una cosmografía, un bestiario de las afectaciones y un panteón donde toda animalia es divinidad. En efecto, el intenso y constante acercamiento a la humanidad de la humanidad que es el lenguaje nos hace devenir fuera de ésta: zoom y zoon y en ese recorte abierto es que la distancia de esta poesía con la poesía como la entendemos ejerce un efecto político de proporciones. Es una lucha cuerpo a corpus con lo visible, lo audible, lo palpable. Una lucha, una agonía, donde las cosas dejan de existir, las palabras se convierten en signos y sus imágenes son las primeras inscripciones de un mundo, hasta ahora, imposible. La obra poética completa del actual naKhlah Khan es mucho más que una poética, por paradójico que parezca, es una nueva sensibilidad, e incluso se podría decir, una nueva ciencia literaria, en su sentido menos científico, que sólo se podrá resolver en una cuarta dimensión o lo que es lo mism

Desántropo = Zooide - - - por Juan Salzano.

¡Ábrete Seso! Abrite a la tierra donde la “humanidad-no-existe”. El drama al que estamos invitados es trans-elemental, como en el “Viernes” límbico de Tournier: la briosa des-rotulación de las cosas por desasimiento del pegote humano, ahora (y siempre) humus que incandesce. A naKhlah Khan se le canta desde el inicio: “sé el desántropo”. Es decir: mejor deslizarse artrópodo o cefalópodo en las lonjas del arenario o del mar, la percepción ya alterada por ese tobogán perlado de fuegoides, llama(ra)das- afuera . Esta conversión del paisaje por desantropomorfosis del sensorio implica, no obstante, que el mundo “hace signos” (sí, hay signos no-humanos: “en el mar abstracto bailás con tu signo”), lo que no es decir significantes (signos para el cerebro-alambre), sino sígnicas para el cerebro-hebra que se abre a los bríos naturantes que en el humano (y en contrahechizo) palpitan: guiños, parpadeos al ras, resortes de (un) deus (o “demonio”) invaginado en cada partícula que nos compone y

Azoro, azor, azar. - - - por Roberto Echavarren

  El estremedal, la ensaladilla, ¿de qué está hecha? La urdimbre interno-externa del linguajal, aguajal donde todo es adentro y afuera, en los poros y en los centímetros del escándalo micrométrico de las hormigas, “una mistura de afueradentros en su inmaculada cocinería que pareciera que va a dar aventura, laberinto al ciempiés”. Esa traza de huerto vibra y absorbe “un fruto de la concordancia” porque la lengua está en estado angélico, en estado de producción, idioma angélico de Marina Tsvietáieva hablándole a Rilke: Todos los idiomas se parecen al angélico, aunque suelan quedarse atrás. “El ángel singula en el liberarse de los perfumes, il angelo di la leveza, il angelo di spumafina, il angelo que trepa: angelohm, angelhim, angeluba,” en el arrojo de un parabrisas va y viene tejiendo la urdimbre, el parapeto, donde se enredan las mariquitas de San Antonio y los puntos de luz de una hebra de cabello rojizo, cabellerías, caballerías. No hay dialéct

ZOOMOR * ZOROAR --- por Reynaldo Jiménez.

En ZOOR el ornamento —silabar y funambulesco, algo tordo del Bosco, nunca tardío hiperbóreo en cuanto lanzamiento a lo ignoto inmanescente, escandido hasta el ripio— no funge de adorno para que la presunta conciencia se meta vacacionalmente a descansar, como si neutra no pudiese dejar de reparar ensigomisma, sino que constituye apoyatura suelta y acaso celebrante catapulta para una sensomatización fuera de ritual y sin pormenor de mediaciones discursivas ni prestigios de la creencia. El ajuste sintáxico está actuaecualizando, acuático a su ranar de acústica achinado, se tambalea adrede de puentes interconsistencias a manera de desatamiento —ya sin lectura— del íntimo volátil. Cuernos y cornadas abundantes. Pasto de virazón. Quizá por eso así en los signos precise —ajuste y requiera— este argüir favorable a una elástica voluntad de roces, camaleona filosófica, como en bolas arengar, pro fuera de urbe, la emergencia mestiza, renoval sensacionista al hacerle el entre corpor